Georgieva se reunió con Massa y le adelantó que el staff del FMI aprobó el cumplimiento de las metas previstas para el último trimestre de 2022
(Desde Bengaluru, India) A las 1207 de aquí -ocho horas y media menos en Argentina-, Kristalina Georgieva ingresó al Salón Bilateral 5 del Centro de Convenciones del hotel Marriot para iniciar una reunión formal con Sergio Massa destinada a analizar la agenda global y tratar la compleja situación del país.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó acompañada por su vicedirectora Gita Gopinath y dos custodios que se movían con extrema cautela, mientras que adentro del Salón Bilateral 5 aguardaba el ministro de Economía y Marco Lavagna, titular del Indec y secretario de Relaciones Internacionales del Palacio de Hacienda.
Tras los saludos de rigor, y a la espera del agua mineral y café para los cuatro, Georgieva arrancó el cónclave con un rudo cuestionamiento al ministro de Economía. La directora gerente criticó la decisión de Massa de recomprar deuda con reservas del Banco Central. El ministro replicó que ese movimiento estaba destino a preservar la estabilidad económica. “Yo vivo en la Argentina, no en Washington”.
A continuación, y en el mismo tono, Georgieva se quejó por la permanencia de los subsidios a la energía para los sectores de más altos ingresos. Massa escuchó en silencio y luego argumentó que la demora se explica en problemas técnicos que no se vinculan a ninguna decisión política.
“Yo no puedo explicar en Washington que todavía siguen subsidiando a los ricos”, replicó la directora gerente.
Massa entendió el punto en disputa y se comprometió resolver esta diferencia. Sucedería antes que concluya el año.
Cuando terminaron los dos rounds, Georgieva sonrió y dio las buenas noticias. La directora gerente anticipó a Massa que el staff del FMI comprobó que Argentina había cumplido las metas previstas para el último trimestre de 2022. Esa noticia implica que habrá un nuevo desembolso del Fondo para fortalecer las reservas del Banco Central.
Mientras tanto,un equipo técnico del Palacio de Hacienda está en DC para terminar de redactar el comunicado oficial junto al staff del Fondo Monetario Internacional. Georgieva adelantó al ministro de Economía que ese comunicado anunciando el cumplimiento de las metas se dará a conocer en los próximos días.
Después de analizar las distintas instancias que desembocaron en la aprobación de las metas del último trimestre, Massa explicó a Georgieva su estrategia para manejar su plan de estabilidad en un contexto económico atravesado por la guerra en Ucrania y la sequía en la Argentina. “Se trata de estacionar el auto, en el lugar correcto”, dijo el ministro a la directora gerente.
Georgieva valoró la expresión de Massa.
Cuando el encuentro promediaba, Massa describió los efectos de la guerra de Ucrania y la sequía sobre el plan de estabilidad económica. El ministro argumentó que el conflicto desatado por Vladimir Putin causó una suba inesperada en los comodities globales -fletes, energía y fertilizantes-, y que ese abrupto incremento de los costos afectaron las reservas del Banco Central.
En este contexto, Massa añadió que la sequía afectó la cosecha en el país y significó una caída abrupta en el ingreso de divisas. Georgieva entendió las razones del ministro de Economía y ya está estudiando un paliativo técnico que podría aplicarse a partir del primer trimestre de 2023.
A las 1252,hora de Bengaluru, la reunión terminó. Massa acompañó a Georgieva hasta la puerta, le dio un beso y la despidió levantando su pulgar derecho. La directora gerente sonrió y se fue acompañada por sus dos guardaespaldas. Gopinath, que es una rock star para el sistema internacional, se retrasó para sacarse una sucesión de selfies frente a un banner del G20 de la India.
Ya era la hora de almorzar y Massa se sentó junto a su delegación en una mesa que el sol cocinaba a fuego lento. Cuando encendió su primer cigarrillo, el jefe del Palacio de Hacienda observó que en la mesa de al lado estaba Christian Lindner, ministro de Finanzas de Alemania.
Lindner vota en el board del Fondo Monetario Internacional y su posición influye sobre otros integrantes del directorio del organismo multilateral. Un miembro del staff de Lindner le había pedido dos camisetas de la selección de Argentina, similares a la que el ministro de Economía le había regalado a su colega alemán.
Georgieva le adelantó a Massa que el staff del FMI había comprobado el cumplimiento de las metas del último trimestre, pero no le puede adelantar la posición definitiva del board, aunque es muy probable que apoye la posición de la directora gerente.
Sin embargo, Massa no quiere sorpresas y aprovecha todas las oportunidades a su alcance para garantizar una decisión del directorio que fortalecerá las reservas del Banco Central. Desde esta perspectiva, sentado al sol con su cigarrito por la mitad, Massa no dudó en avanzar sobre el ministro alemán.
–Eh! -chanceó el titular del Palacio de Hacienda-, tres camisetas te di…
Lindner, que se estaba yendo a la última sesión de la cumbre del G20, sonrió con cautela.
-Sí-Insistió Massa en inglés. Son tres camisetas, por un voto en el board. No te olvides.
Lindner entendió el comentario, abrió sus brazos, y se fue.