El peronismo asumió una oposición dura a horas de la asunción de Javier Milei: presión desde el Congreso y la CGT
En la jura de los nuevos diputados y senadores, los representantes de Unión por la Patria impusieron sus condiciones a los libertarios y sus aliados. Y antes, desde la sede de Azopardo, los sindicalistas anticiparon protestas en las calles. Todo a horas del traspaso y del envío del paquete de reformas.
Si fue sin querer, no pareció. O en realidad fue queriendo. En las últimas horas previas a la asunción de Javier Milei como el primer presidente libertario de Argentina y el mundo, el peronismo mostró lo que mejor sabe hacer cuando le toca estar en el llano. Fue una seguidilla de hechos que empezaron el lunes y terminaron ayer, antes del feriado por el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Empezó la CGT en alianza con piqueteros con avisos de protestas callejeras, y terminó ayer con la demostración en el Congreso del poder de fuego que tiene Unión por la Patria para imponerles condiciones a los libertarios.
Son los dos escenarios donde Milei enfrenta los mayores retos y que el éxito no estará solamente en sus manos: el control de la calle y las mayorías en el Poder Legislativo. Se trató de la escenificación de la capacidad de daño y al mismo tiempo generar una oportunidad para negociar un acuerdo de gobernabilidad. Son propuestas que ni el PRO ni los partidos provinciales están en condiciones de garantizar.
Pero vamos de lo próximo a lo lejano para que se entienda el paisaje completo. Lo que pasó ayer, tanto en Diputados como en el Senado, fue que los bloques de Unión por la Patria de ambas Cámaras terminaron consolidados como las primeras minorías. 101 diputados sobre un total de 257 (a 28 de tener mayoría) y 33 sobre 72 en el Senado (a sólo 4 bancas de la mitad más uno del cuerpo). Y desde esa posición terminaron imponiéndoles las condiciones al resto de los bloques, sobre todo a los libertarios. Es lógico: son 38 diputados y apenas siete senadores. La traducción parlamentaria del ascenso súbito de Milei desde la televisión a la Casa Rosada.
En el caso de Diputados se vivieron las escenas de mayor tensión. El titular del bloque peronista, Germán Martínez, después de una discusión con el bloque de La Libertad Avanza logró que el flamante presidente del cuerpo, Martín Menem, aceptara que las comisiones sean elegidas mediante un sistema proporcional que favorece a los bloques mayoritarios -como el de UP- y perjudica a los más chicos. Alegó para conseguirlo un acuerdo previo.
“No es un buen comienzo suyo si no ordena esta situación”, le planteó el diputado peronista en medio de la sesión preparatoria al novicio titular de la Cámara recién asumido. Ese fue el tono tenso que tuvo el primer debate en el que el peronismo asumió su rol de oposición. Y con esa fuerte presión es que consiguió que tener mayoría en las comisiones principales que trabajarán este verano en sesiones extraordinarias.
“Empezamos mal”, reconoció anoche una fuente de La Libertad Avanza en diálogo con Infobae. ¿Por qué? Porque la organización de la Cámara de Diputados va a condicionar, entre otras cosas, el tratamiento del paquete de reformas que Milei, una vez que jure y asuma, envié al Congreso para que se debata de manera urgente. “No tenemos tiempo. En marzo cae la demanda de dinero y puede ser un desastre”, explicó el líder libertario después de ganar el balotaje. Buscó así transmitir el dramatismo de una situación requiere de soluciones rápidas.
¿Con el peronismo conduciendo las comisiones principales que tienen que discutir, dictaminar y luego llevar al recinto, habrá celeridad? El mercado ya mostró los efectos de la falta de conducción política. La disparada de los precios que se dio tras la derrota del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner es un dato. Y el salto que tuvo el dólar el jueves, otro. “Hubo una avivada en un banco oficial. La vamos a denunciar el lunes”, le dijo a Infobae unos del funcionarios clave del Ministerio de Economía, mientras salía por última vez por la puerta que da a la calle Hipólito Yrigoyen. No tiene previsto volver ni el lunes ni otro día.
Esa lógica peronista en Diputados también se repitió, con otros modos, en la Cámara de Senadores. Con una mayoría más amplia -con 33 sobre 72- Unión por la Patria habilitó que solo juren los 24 nuevos legisladores que integrarán el cuerpo y dejaron para la semana que viene la definición de la Presidencia Provisional y la conformación de las comisiones.
No ocurrieron gritos, abucheos, ni presiones a las autoridades del cuerpo. Pero en los hechos pasó lo mismo. Pese a que La Libertad Avanza pretendía que el senador por Formosa, Francisco Paoltreni, sea ungido como presidente provisional y que se definiera la conformación de las principales comisiones, la mayoría peronista lo bloqueó y postergó su discusión para la semana que viene. “Hay tiempo”, dijeron.
La juramentación no la tomó Cristina Kirchner, debido a que en el último día hábil de su gobierno le tocó estar como presidenta a cargo, debido a que Alberto Fernández viajó a Brasil para participar de su último acto diplomático como presidente. Aprovechó la cumbre del Mercosur para despedirse de su amigo Luiz Inacio Lula Da Silva.
De toda esta escena fueron testigos varios actores clave. El primero, “El Jefe”, Karina Milei, la hermana del presidente, que estaba en las gradas. Pero también los gobernadores de Buenos Aires, Axel Kicillof, y La Rioja, Ricardo Quintela; en tanto que sentados en el hemiciclo estaban los mandatarios electos de San Luis, Claudio Poggi; Chubut, Ignacio Torres; y Río Negro, Alberto Weretilneck. Son algunos -pero no todos- posibles actores de un eventual acuerdo de gobernabilidad para evitar un colapso que se lleve todo puesto.
Y también los gremios
Pero no es sólo en el Congreso. El peronismo arrancó la semana con otra señal de alarma. Fue el salón Felipe Vallese de la sede de Azopardo donde dos de los tres secretarios generales -Héctor Daer y Pablo Moyano- convocaron a los piqueteros de la UTEP -que lideran Juan Grabois, Emilio Pérsico y El Gringo Castro- para advertirle al futuro gobierno de Milei que saldrán a la calle a protestar si avanzan con algún tipo de reforma laboral o si hay ajuste en la ayuda social que canalizan esas organizaciones sociales.
Son, exactamente, las dos principales propuestas que planteó el líder de La Libertad Avanza durante la campaña y que recibió en el balotaje más de 14,5 millones de votos, el 55,65% del total.
“Vamos a ser los primeros que vamos a estar en la calle si quieren tocar los derechos”, aseguró Moyano sobre las propuestas que impulsa la futura administración. “Muchas son para cagarnos a los laburantes”, dijo. “Esta reunión es el principio de la unidad que también se va a dar en la calle” y propuso dialogar también con los gobernadores “a ver qué van a hacer cuando los empiecen a apretar y tengan que elegir si están con los trabajadores o con los empresarios”, aseguró.
Lo notable es que en ese encuentro, entre los los invitados estaban la ministra de Trabajo, Raquel “Kelly” Olmos; responsable de este gobierno que terminó derrotado en las elecciones. También el titular de Trabajo bonaerense, Walter Correa; y su par de Desarrollo social, Andrés “Cuervo” Larroque. Estos últimos, que pertenecen todavía al gobierno de Axel Kicillof. La última colina de resistencia que el peronismo tiene fortificada para empezar una etapa que -se la nombra poco- pero empieza a colarse en los discursos: la resistencia.