En medio de críticas, el Gobierno busca cerrar un canje de deuda para postergar pagos hasta el 2025
El Gobierno se encamina a cerrar un nuevo canje de deuda en pesos con los bancos y el sector público. El secretario de Finanzas, Eduardo Setti, se reunirá este lunes al mediodía con las entidades financieras y compañías de seguro. El encuentro al que se sumaría el ministro Sergio Massa, será para cerrar la operación con la que se busca despejar los vencimientos previo a las PASO y postergarlos para el 2024 y 2025, durante la próxima gestión.
Mientras en el Palacio de Hacienda se preparaban para encarar los últimos detalles del arreglo, Juntos por el Cambio irrumpió este domingo por la tarde con un comunicado titulado “Una nueva maniobra del Ministerio de Economía solo traerá más inestabilidad”, en rechazo al canje. El mensaje sorprendió al massismo, en donde interpretaron los cuestionamientos como un intento de generar un “default” de la deuda en pesos, como ocurrió en 2019.
El Tesoro se propone captar los papeles que vencen desde hoy hasta fines de junio y, a cambio, entregar tres títulos ajustables por inflación (CER). A pedido de los bancos, también habrá bonos duales, que ofrecen el mejor resultado entre el IPC y el dólar. Lo que restaba ultimar son las condiciones del put (opción de venta), una suerte de “seguro” para que el Banco Central les compre los bonos en caso de que quisieran venderlos.
Según EcoGo, hasta fines de junio vencen $ 7,2 billones, de los cuales la mitad estaría en manos del sector privado, y casi $ 18 billones en todo 2023. Massa busca escalonar los pagos, de manera de aplazar parte de la deuda que vence este año al primer y segundo semestre de 2024, y otro tanto al primer trimestre de 2025. En cuanto al sector público, se emitirá un decreto para canjear los bonos en pesos del Tesoro en manos de ANSES, BCRA y otros organismos.
La oposición ya había puesto la mira en febrero sobre los canjes de deuda, los bonos duales y las altas tasas. La intervención de los bancos calmó las tensiones, pero este domingo volvieron a aflorar con un nuevo alerta sobre los “graves riesgos” de otorgarles títulos ajustables por inflación y devaluación (“una opción que ningún inversor tiene”) y la posibilidad de que los vendan al Banco Central en cualquier momento .
Para JxC, todo esto implicaría un “seguro de cambio” y vencimientos “diarios” hasta 2024, así como el riesgo de un “salto inflacionario aún mayor” al actual y una violación de la carta orgánica del BCRA.
Frente al comunicado de la oposición, el massismo salió a contestar a través de Sebastián Galmarini, cuñado de Massa y director del Banco Provincia.
“Díganlo sin vergüenza! Quieren que explote AR no solo por especulación electoral contra el gobierno. También hacen negocios. Desean que no se paguen las deudas en pesos, se devalúe la moneda y se descontrole la inflación, al mismo tiempo que pierde valor el salario. #YaLoHicieorn”, tuiteó el hermano de Malena Galmarini.
Los nuevos cuestionamientos se conocieron en medio de las negociaciones con el FMI para aliviar las exigencias sobre la acumulación de reservas para el 2023. El equipo de Sergio Massa, encabezado por Leonardo Madcur y Gabriel Rubinstein, busca cerrar en las próximas horas la revisión de objetivos hasta diciembre pasado y que el organismo baje la meta de reservas en hasta US$ 2.000 millones por las contingencias de este año.
El staff del Fondo había alertado en diciembre que la sequía podría reducir las exportaciones y la entrada de dólares, recalentando la inflación y “poniendo en peligro” el acuerdo. Para el Gobierno, el panorama fue peor de lo previsto. Las reservas netas debían alcanzar los US$ 7.700 millones a fines de marzo, un nivel difícil de lograr con un stock menor a US$ 4.500 millones en el Banco Central, según cálculos privados.
Para evitar solicitar un perdón o waiver, Massa pidió que se contemple el impacto de la sequía, la guerra en Ucrania y la gripe aviar. Los últimos cálculos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires cifran la pérdida de exportaciones en US$ 14.000 millones.
Desde Economía apostaban a cerrar este capítulo la semana pasada, pero las negociaciones se dilataron en medio de las señales de deterioro por la caída de la actividad, la pérdida de reservas y la expectativa de una inflación del 100% anual en febrero. En ese marco, el Fondo habría sumado como condición suspender el programa de recompra de bonos con reservas, que contribuyó a contener el dólar paralelo.