Cómo sigue el juicio por la muerte de Fernando Báez Sosa, concluida la etapa de declaraciones testimoniales
Este miércoles 18 de enero, en el tercer aniversario del homicidio, finalizaron las audiencias en las que declararon testigos del hecho. Los alegatos serán la semana que viene para luego pasar a la lectura del veredicto.
Este miércoles 18 de enero, en el tercer aniversario del crimen de Fernando Báez Sosa, concluyeron las audiencias de declaraciones testimoniales por las que pasaron un centenar de testigos, familiares y allegados de cada una de las partes, la mayoría de los rugbiers que hablaron tras meses de silencio, y se exhibieron videos, chats y audios que sirvieron para reconstruir los movimientos previos y posteriores de los 8 imputados aquella madrugada en Villa Gesell. Ahora se esperan los alegatos para luego pasar a la lectura del veredicto.
Ayer tomó la palabra ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de Dolores Lucas Pertossi, uno los acusados más complicados por las pruebas que incluyen declaraciones de testigos y mensajes revelados en las pericias. Pertossi es el rugbier que dijo que Báez Sosa “caducó” tras la brutal golpiza a la salida del boliche Le Brique.
Pertossi recordó detalles de la jornada en la que sucedió el homicidio; insistió con la ingesta de alcohol en la previa a la ida al local bailable; cómo fue el momento en que el personal de seguridad los sacó del lugar; y precisó cómo se involucró en la golpiza: “Veo que agarran a un amigo del pie y lo quieren tirar al piso, me acerco y le digo ‘soltalo’. Le pego dos patadas, me voy para atrás, veo que el chico intenta pararse y me voy para atrás, me voy a la esquina”.
En ese momento, Pertossi explicó por qué utilizó la palabra “caducó”, en referencia a Fernando. “Estaba desorientado, pierdo a mis amigos y empiezo a mandar mensajes y a llamar a un amigo. Llamo, me dice que estaba en el mercado, voy y me acerco. Ahí un pibe me dice que hubo una pelea afuera de Le Brique, que habían llamado a una ambulancia y que el pibe había caducado. Después fuimos a McDonald’s porque tenía hambre”.
“Yo quiero decir que estoy muy mal por lo que pasó en ese momento, estuve con tratamiento psicológico, psiquiátrico y medicación. Creo que a todos nos afectó mucho esto. Quiero aclarar que yo en ningún momento le pegué a Fernando Báez Sosa, en ningún momento participé de un plan de una asesinato, yo fui de vacaciones”, concluyó.
Luego de Pertossi, llegó el turno de la declaración de Blas Cinalli, quien negó los cargos en su contra y al igual que Lucas, tampoco reconoció haber participado de la premeditación de un homicidio y sus dichos apuntan a una pelea previa, consonante con la calificación de homicidio en riña que podría introducir la defensa en los alegatos.
“Por las pericias que pude ver… Se dijo que Fernando Báez Sosa tenía ADN mío en el meñique. En ningún momento lo toqué. No sabía quién era. Supongo que la persona de adentro del boliche (con la que se peleó) era él”, dijo Cinalli. Además aseguró que reaccionó al ver una “pelea” entre el imputado y sus amigos, lo que podría ser interpretado como un intento de introducir la figura del homicidio en riña, con una pena considerablemente menor a la de prisión perpetua, apenas seis años como máximo. Como todos sus compañeros, se negó a delatar o señalar a otros.
Cinalli es además el autor de mensajes que fueron revelados de los teléfonos incautados. “Nos sacaron todos los patovicas, lo recagamos a palos mal”, dijo a un interlocutor. “Nos agarraron del cuello, nos sacó la Policía, pero ganamos igual”, agregó.
Javier Pablo Laborde, secretario instructor de la causa, quien analizó los celulares de los acusados, contó durante el juicio sobre un grupo llamado “El club del Azote”, integrado por 13 personas de Zárate, entre las cuales estaba el acusado, quien a las 5.08 de ese 18 de enero de 2020 refirió lo siguiente: “Nos peleamos, ganamos contra unos chetos, los rompimos. Nos vamos al centro a premiar”.
Fernando Burlando pidió realizarse algunas preguntas a Cinalli, pero éste se negó. De esta forma concluyó la etapa de recepción de testimonios. Los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, dispusieron un cuarto intermedio que permita preparar los alegatos a los abogados Fernando Burlando y Fabián Améndola -que encabezan la representación de los padres de la víctima-, a los defensores Hugo Tomei y Emilia Pertossi y a los fiscales de juicio Gustavo Manuel Dávila y Gustavo García.
En este marco, el TOF N°1 de Dolores dispuso que la semana próxima se lleven a cabo los alegatos de las partes: la fiscalía y la querella lo harán el día 25 de enero y la defensa el día 26.
Se estima que la lectura del veredicto ocurra el 31 de enero. Ese día se conocerá el futuro de Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23) imputados por el delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, delito que tiene una pena de prisión perpetua.
Tras la última jornada de audiencias los padres de Báez Sosa encabezaron un acto de homenaje en Dolores.
En el día en que se cumplió el tercer aniversario de la muerte de Fernando, una multitud acompañó a Graciela y Silvino Báez Sosa en el homenaje que se llevó a cabo en el Anfiteatro Municipal “Libres del Sur” de Dolores.
“Sin él la vida se terminó para nosotros”, exclamó la madre del joven fallecido, en un desgarrador pedido de Justicia. “Era nuestro sol, hoy estamos vacíos”, añadió. “Cada día nos cuesta más la ausencia de Fernando”, sostuvo por su parte el papá. También hubo actos en Villa Gesell, Mar del Plata, Zárate y en el barrio porteño de Recoleta.
“Cada día nos cuesta más la ausencia de Fernando. Cada vez que me levanto a la mañana es como levantarme con una bolsa en la espalda, es un peso enorme que tengo encima yo y mi compañera Graciela”, manifestó Silvino.
Por su parte, Graciela declaró: “Vinimos acá a Dolores en busca de justicia. No queremos venganza, solo queremos que paguen lo que le hicieron a mi hijo. En el juicio vi cómo reiteradamente le pegaban. Vi cómo lo discriminaron por su color de piel. Sigo esperando que mi hijo regrese, a pesar de que sé que nunca jamás regresará en nuestra vida. Les agradezco infinitamente por venir a acompañarnos”, concluyó.