Con polémica y final caliente, la Selección Argentina perdió con la Paraguay de Alfaro
La Selección dio un paso en falso en Asunción. Ese cabezazo que casi se transforma en el 2-2 de Castellanos pudo maquillar una actuación que no estuvo a la altura de la Scaloneta, esa que acostumbró a ganar seguido, a dar vueltas olímpicas en continuado. Este vez tuvo poco de ese equipo que recupera la pelota voraz (solo lo hizo en el gol de Lautaro), que maneja los tiempos del partido, que con la circulación achica a los rivales y con el talento de Messi, los liquida. En el Defensores del Chaco, la Argentina mostró una imagen desteñida y es una derrota que debe dejar enseñanzas pensando en lo que se viene.
Después de la gloria en la Copa América de Estados Unidos, la Selección no encontró regularidad. En las Eliminatorias no consigue encadenar triunfos ni ganar de visitante. La Scaloneta pasa de golear en casa a Chile y a Bolivia, a no hacer pie en Barranquilla (caída 1-2 ante Colombia), para rescatar una parda en la laguna de Maturín y anoche no logró ni imponerse por personalidad ni por juego. La Paraguay de Alfaro, de enorme nivel desde que llegó Gustavo, lo hizo estar incómodo y ni el 1-0 a los 10′ del PT (gran pase de Enzo, enorme definición de Lautaro) acomodó los papeles.
Argentina no estuvo conectada y, encima, Paraguay lo empató demasiado rápido. Entre el cabezazo de Gómez en el travesaño y el golazo de chilena de Sanabria pasaron pocos segundos. Con el 1-1, la Selección trató de volver a buscar la tenencia de la pelota, buscar al espacio a Messi. Parecía que había lugar sobre la derecha, para que Molina aprovechara y el lateral del Atlético Madrid tuvo un par de jugadas para desnivelar. Pero ni él ni casi ninguno de sus compañeros estuvo fino. Una defensa que no dio seguridad, un mediocampo de cuatro en el que solo participaron dos (flojos Alexis, tirado a la derecha, y Julián, haciendo el carril por la izquierda) y arriba Messi, tratando de filtrar algún pase ante un local que siempre estuvo bien parado.
Paraguay tuvo un grado de concentración para recuperar la pelota, para ocupar los espacios y para luchar realmente admirable. Desde que Alfaro armó una revolución en Paraguay, esta selección que coqueteaba con el fondo de la tabla, ahora está en zona de Mundial, no para de coleccionar triunfos pesados de local (Brasil, Venezuela -rival directo- y Argentina) y, de visitante, no pierde. Un equipo bien made in Alfaro, que entiende por dónde se puede filtrar la humedad cuando Argentina tiene la pelota, que juega con cuatro centrales en la línea de cuatro, pero Velázquez y Junior Alonso, igual pasan cuando deben pasar. En el medio, Diego Gómez juega bien, Almirón tiene un cambio de ritmo único y Sanabria, sabe moverse en el área y también jugar fuera de ella.
Esta claro que la jugada que debió terminar en la expulsión de Alderete a los 37′ del PT pudo cambiar la noche, pero eso no debería esconder una actuación deslucida. Un equipo que pareció gastado, con Julián tan sobre el carril, con Alexis lejos de la pelota, con Messi con pocas opciones de pases. Y el gol tempranero, de pelota parada, en el inicio del segundo tiempo fue un golpe de nocaut demasiado rápido. A la Scaloneta le costó asimilar la piña, recién pasada la media hora logró construir algo de juego y también opciones: tuvo una clara De Paul, otra Messi y después Castellanos, que en pocos minutos, se generó un par de chances. Pero en la totalidad de la noche, Paraguay fue el dueño del partido y ganó bien.