La inflación complica otra pauta con el FMI: el 80% de la deuda en pesos está atada al índice de precios

Reducir la deuda indexada es uno de los compromisos asumidos con el FMI. En el equipo económico hablan de un objetivo “a mediano plazo”. La mayor parte de la demanda de los inversores va hacia ese tipo de títulos. El Ministerio de Economía colocó ayer más títulos ajustados por CER.

La aceleración inflacionaria de las últimas semanas, que amenaza sostenerse durante los próximos meses, hará peligrar un compromiso que el Gobierno tomó en el programa económico acordado con el Fondo Monetario Internacional: reducir las emisiones de deuda indexada al índice de precios. El stock de bonos atados a CER representa más del 80% del total de títulos en moneda local y, para algunos analistas, un incremento marcado en este tipo de instrumentos implica un desafío a las cuentas públicas.

El Ministerio de Economía aseguró en la letra chica con el organismo que buscará reducir el peso de la deuda indexada a los precios y que intentará diversificar el menú de bonos que ofrece a los inversores del mercado local. Casi el 60% de los vencimientos en pesos de los próximos meses están explicados por este tipo de instrumentos de financiamiento.

El compromiso sobre el financiamiento local también incluye un llamado de anteción sobre la deuda atada al índice CER, que sigue la evolución de los precios. “En este sentido, y conforme al sendero proyectado de desinflación, tenemos previsto reducir gradualmente el uso de instrumentos vinculados a la inflación, ampliar la cartera de instrumentos de deuda de referencia y extender el perfil de vencimientos”, consideró el memorando de entendimiento.

Fuentes oficiales afirmaron que el compromiso rubricado ante el FMI no tiene metas en detalle, sino que está explicitado más bien como una declaración de principios. “Es un objetivo de mediano plazo que hay que ir transitando. No hay un límite temporal o cuantitativo como en otras variables, pero sí el compromiso de ir en esa dirección”, aseguraron.

Por lo pronto, la deuda atada a la inflación representa el 58% de los vencimientos de deuda que afronta el Ministerio de Economía en los próximos seis meses, según información oficial. Además, significa poco más del 80% del stock de deuda en pesos informada por la Secretaría de Finanzas: $6,7 billones de stock en relación a los $8,2 billones que están actualmente en circulación. El resto de la deuda en moneda local son letras y bonos a tasa fija.

Este martes por la tarde la Secretaría de Finanzas realizó una nueva licitación de deuda para cubrir un monto de vencimientos acotados, cercanos a los $15.000 millones y recolectó casi $44.000 millones. En el menú para los inversores aparecieron, una vez más, instrumentos indexados, aunque con plazos largos.

Primero, uno que tiene como vencimiento el 26 de julio de 2024 y que tuvo una adjudicación de $19.336 millones y un segundo más extenso con fecha de finalización el 9 de noviembre de 2026, con $5.182 millones colocados. En números globales, casi el 40% de la demanda inversora de esta última operación de deuda estuvo focalizada en los títulos atados a la inflación.

Deuda indexada: qué piensa el mercado

Un informe reciente de la consultora Analytica argumentó por qué considera que ese objetivo de política financiera del Gobierno podría verse dificultado en un contexto de aceleración en los índices de precios. “El objetivo de disminuir las emisiones de deuda CER luce difícil de cumplir. Nadie estaría dispuesto a invertir en instrumentos a cupón fijo o Badlar si se espera un tirón de tasas ya que el empinamiento de la curva de pesos generaría grandes pérdidas de capital”, explicaron.

En ese sentido, el economista de esa consultora Claudio Caprarulo consideró que “hoy el principal riesgo para la liquidez en pesos es la tasa de inflación esperada, porque el acuerdo con el FMI permitió evitar un salto grande en el tipo de cambio. En los próximos meses más del 50% de los vencimientos del Tesoro son de instrumentos CER”, afirmó en diálogo .

“En este contexto para renovarlos y a su vez conseguir financiamiento por encima, va a tener que mantener o aumentar la oferta de títulos atados a la inflación. Hoy la tasa fija que debería convalidar para modificar la composición de su endeudamiento debería ser demasiado alta y dada la gran incertidumbre tampoco es garantía de que el mercado se incline por esa opción”, opinó.

Para Juan Ignacio Paolicchi, economista de la consultora Empiria, “las últimas licitaciones nos muestran un punto de partida difícil para ese objetivo”, dijo. “Si miramos la última especialmente, el 70% de la demanda estuvo concentrada en instrumentos CER con vencimientos menores a un año. O sea, no sólo que estás indexando tus emisiones de deuda sino que además estás haciéndolo a un plazo cada vez más corto”, consideró.

“Yo creo que en este contexto de aceleración inflacionaria (que termina dejando la tasa real en terreno negativo) es muy difícil pronosticar una baja de la carga de los instrumentos indexados”, concluyó Paolicchi.

Por su parte, Martín Vauthier, de Anker Latinoamérica, también coincidió en que “es un compromiso muy difícil en estas condiciones”. “Cuando uno mira el financiamiento positivo de los últimos dos años, prácticamente la totalidad del financiamiento neto fue vía colocaciones de deuda indexadas, y algo de dollar linked”, dijo.

“Pero las colocaciones con tasa fija tuvieron un stock muy menor. Hacia adelante y más con estos niveles de inflación y con expectativas tan deterioradas sobre las variables macro, es muy difícil que Finanzas pueda salirse de estos instrumentos”, anticipó el economista.

Es más bien el final del camino. Cunado la economía se pueda estabilizar, se sostengan los objetivos de tasa real positiva, con tendencia al equilibrio fiscal, con expectativas positivas y con una mejora del balance del Banco Central, recién ahí Finanzas va a poder incrementar la porción de deuda colocada a tasa fija”, completó Vauthier.

En términos generales, hay otros compromisos que tomó el Gobierno ante el FMI respecto a la colocación de deuda en moneda local. “Nuestro plan apunta a un financiamiento neto del sector privado en pesos al Tesoro de alrededor de 2% del PIB por año durante 2022-24, sobre la base de nuestro plan de consolidación fiscal debidamente equilibrado”, menciona el memorando de políticas económicas. A valores nominales de hoy, 2% del PBI representan unos 1,3 billones de pesos.

Además, anticipó que hacia diciembre de este año se desarrollará un plan financiero que tendrá como ejes: racionalizar el número actual de instrumentos; mejorar la predictibilidad de las licitaciones de deuda; limitar el uso de precios mínimos en las licitaciones sólo para ofrecer orientación sobre nuevos instrumentos y para períodos de tensión en el mercado y desarrollar bonos de referencia para apoyar la liquidez y el descubrimiento de precios en el mercado secundario, adelantó el Ministerio de Economía.

La necesidad de licitaciones más grandes en el mercado doméstico responde a una de las metas exigibles en el memorando con el FMI. Se trata del objetivo de reducción de la asistencia monetaria al Tesoro por parte del Banco Central, que este año deberá caer desde un 3,7% del PBI hasta 1 por ciento.

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