FEDERAL A. La ilusión de Central Norte se desvaneció tras ser goleado por Douglas Haig

Simplemente desdibujado. Central Norte se despidió ayer del sueño de lograr el ascenso a la Primera Nacional al caer por 5 a 0 ante Douglas Haig de Pergamino, que demostró durante todo el partido una superioridad y organización inobjetable, que lo convierten en un serio candidato.
El cuervo, que sabía que se enfrentaba a una misión casi “imposible”, inició el partido con un solo cambio respecto al triunfo ante Sportivo Las Parejas por 3 a 1, pero ingresó dormido al campo de juego.
Así, en la primera jugada, a solo a 7 segundos del primer tiempo, el fogonero logró convertir el primer gol por medio de Rodrigo Caballuci, que comenzaría a derrumbar al cuervo. Casi al final del PT, a los 51′ y tras ser suspendido dos veces por la invasión de un perro y luego por abejas, Nicolás Johansen amplió el marcador de cabeza, tras un centro y un serie de rebotes en el área del arquero Salort, muy impreciso en casi todas las salidas.
En el complemento Tomás González a los 7′ le dio otro “mazazo”, luego de un centro y un rebote, para fulminar a Salort.
Ya era goleada, pero no terminaría allí y la fiesta en el estadio Miguel Morales se acrecentaba a cada minuto.
A los 25′ llegó otro gol de Johansen tras una contra y jugada colectiva que terminó en la red de Central con un “Bocha” Rodríguez “desparramado” dentro del arco de Salort.

Y la frutilla del postre llegó 3 minutos después, nuevamente con Johansen, que de cabeza selló un triunfo inobjetable de un serio candidato que solo perdió una vez de local en esta temporada.
No pudo ser. No salió nada bien y ni siquiera los cambios lograron quebrar la defensa de los pergaminenses, que convirtieron a su arquero Juan Carrera en una verdadera figura frente a las pocas llegadas del cuervo.
En síntesis, fue un partido perfecto del equipo del técnico Gustavo Raggio, principalmente en el segundo tiempo, y un partido “imperfecto” de su colega Víctor Riggio, el principal responsable de devolverle con triunfos la sonrisa al club de la Entre Ríos, cuando se hizo cargo de un equipo que peleaba por no descender. No fue la tarde soñada, pero hay que seguir trabajando.

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