Los desafíos de la Cruz Roja en Ucrania en medio de la invasión rusa: asiste a 10 millones de personas, un tercio de la población
Desde que comenzó, la invasión de Rusia a Ucrania genera una enorme crisis que afecta la vida de millones de personas, con miles de muertos, refugiados, ciudades destrozadas y economías devastadas. En este contexto, la Cruz Roja Ucraniana desempeña un papel fundamental en la provisión de ayuda humanitaria a las comunidades implicadas, brindando asistencia médica, suministros de emergencia y apoyo psicológico, y trabajando para el resguardo de la dignidad y el bienestar de todas las personas perjudicadas por la guerra.
Si bien la labor de la organización en el país comenzó en 2014, fue a partir del 24 de febrero de 2022 —cuando se desarrolló el conflicto bélico a gran escala— que sus respuestas de emergencia debieron incrementarse a niveles elevados, con el objetivo de asistir a los habitantes afectados por la guerra y trabajar en pos de la protección de los derechos civiles. Desde entonces, la asociación lleva desplegados un total de 1.500 trabajadores, 8.000 voluntarios y 200 puestos de asistencia humanitaria sobre todo el territorio, llegando a recaudar, solo hasta marzo pasado, un total de 7,85 mil millones de grivnas, la moneda oficial de Ucrania
En 2023, la Cruz Roja se convirtió en el tercer actor humanitario en términos de entrega de transferencias de efectivo en el país, brindando asistencia a aproximadamente 200.000 ciudadanos durante los primeros seis meses del año. Además, proporciona apoyo financiero mensual a alrededor de 100.000 familias que alojan de manera gratuita a personas desplazadas por la guerra, cubriendo gastos adicionales como agua, luz y calefacción.
En una entrevista , Illya Kletskovskyy, director adjunto de la Cruz Roja Ucraniana, brindó detalles sobre el trabajo de asistencia humanitaria que lleva a cabo la organización y habló del panorama social que persiste más de un año después del inicio del conflicto. Durante la entrevista, estuvo acompañado por Marga Ledo, quien forma parte de la asociación desde junio de 2022 y actualmente reside en Ucrania.
— A más de un año de la guerra, ¿cuál es la situación humanitaria actual en las zonas afectadas por el conflicto en Ucrania?
— La situación es muy difícil. En 2022 comenzó la invasión a gran escala del país, y hoy las necesidades van cambiando todos los días. En el invierno tuvimos un gran problema con la calefacción, con la infraestructura eléctrica, entre otras cosas. La gente estaba muy preocupada en cuanto a si tendrían los medios para subsistir durante esa época. Ahora, ya hay preparativos para la próxima temporada, especialmente respecto a la calefacción, pero también desde el conflicto, que ya va por su segundo año. Es importante que la atención continúe puesta en Ucrania. La gente debe tener algo en lo que creer, porque la economía cada vez está peor. Entonces, la agenda en este momento también incluye hablar sobre el desarrollo, de la reconstrucción, de traer más fondos al país.
— En relación a la destrucción de la infraestructura y al impacto económico de la guerra, ¿Cuáles son los principales focos de trabajo de la Cruz Roja en Ucrania y los mayores desafíos a los que se enfrentan a la hora de brindar asistencia y protección a la población afectada?
— Para nosotros, en general, ha sido un enorme desafío. En Ucrania, nuestros voluntarios siempre están a la vanguardia. La Cruz Roja tiene dos direcciones principales de trabajo: la primera está relacionada con la atención médica, donde brindamos diagnósticos, atención de enfermería y atención domiciliaria, y la segunda tiene que ver con las respuestas de emergencia, con las que realizamos evacuaciones y redistribución de personas. Para nosotros los principales desafíos tienen que ver con contar con suficientes voluntarios, tener suficiente participación de personas para la protección civil y contar con suficientes fondos, porque las necesidades son muchas. Debido a que el apoyo que se necesita en Ucrania es bastante grande, y dado que ya es el segundo año de esta gran respuesta al desastre, también se volvió difícil para nosotros mantener una gran operación a gran escala.
— ¿Cuál es la situación actual en cuanto a la recaudación de fondos y el voluntariado de la Cruz Roja en Ucrania? ¿Cómo se lleva a cabo la cooperación a nivel internacional con otras organizaciones de la Cruz Roja en el mundo?
— Contamos con un apoyo muy grande, entre nuestros principales soportes se encuentran las distintas asociaciones de la Cruz Roja de otros países, que han podido apoyarnos no solo con los fondos, sino también con la experiencia técnica. Y, en este momento, tenemos la presencia de nuestra federación internacional, del Comité Internacional de la Cruz Roja. Obviamente, también hay una gran presencia de las Naciones Unidas, que colaboran junto a diferentes entidades. Sin embargo, es muy importante destacar que en Ucrania también están presentes muchas organizaciones locales que, tal vez no tengan muchos fondos en general, pero cuentan con muchas capacidades para trabajar sobre el terreno, por lo que pueden apoyarnos y trabajar con nosotros en las respuestas de ayuda humanitaria. Entonces, nuestros principales socios son en realidad las organizaciones locales.
— Al momento, ¿qué datos existen respecto a la cantidad de personas que han sido asistidas por la Cruz Roja Ucraniana desde que comenzó el conflicto hasta la actualidad?
— Es muy difícil calcular el número exacto de personas que hemos apoyado hasta ahora, porque esto se refiere a personas únicas. Y por ejemplo, hemos brindado más de 15 millones de tipos de asistencia, asistencias individuales. Sin embargo, una persona puede recibir diferentes tipos de ellas. Hoy, se estima que la Cruz Roja cubre alrededor de 10 millones de personas en Ucrania, que es un tercio de su población. Es importante señalar que hay alrededor de 7 millones de personas que se fueron del país. En total, son 35 millones de habitantes, por lo que 7 millones se fueron, y alrededor de la mitad de este número ya regresó. De estas cifras, se calcula que alrededor de 3 a 4 millones permanecen fuera. Así que, nosotros nos concentramos solo en el apoyo a las personas dentro de Ucrania, y la cantidad de personas afectadas por el conflicto. Todo el país se ve afectado, cada uno de los habitantes se ve afectado, y hay quienes cuentan con medios financieros o son capaces de cuidarse, seguir trabajando, y seguir teniendo negocios, pero mucha gente no tiene eso. Nuestro trabajo está concentrado en las personas que son socialmente más vulnerables, es decir, en aquellas que no tienen medios para subsistir, o que tienen discapacidades y familias con muchos niños.
— ¿Cuáles son las medidas tomadas para garantizar la neutralidad e imparcialidad en la prestación de servicios humanitarios en un contexto tan complejo como el conflicto en Ucrania?
— Nosotros contamos con un mandato de la Cruz Roja en general para mantener una posición neutral, por eso nuestro apoyo está destinado a cualquiera que lo necesite, en igualdad de condiciones. En la Cruz Roja Ucraniana solo trabajamos en los territorios que están bajo el control del Gobierno, pero nuestro Comité Internacional se enfrenta a una situación más difícil ya que necesita trabajar en ambos lados del conflicto.
— En casos en los que se niega el acceso a prisioneros de guerra o personas detenidas, ¿cuáles son las acciones que la Cruz Roja emprende para garantizar la asistencia humanitaria de estas personas? ¿Cuál es el panorama actual?
— Hay dos temas que se le preguntan todo el tiempo a todos los socios del movimiento en diferentes países, y son el acceso de los prisioneros de guerra y también la cuestión de los niños secuestrados, los niños que han sido sacados de los territorios ocupados y que ahora están reubicados. La situación es muy complicada. Frente a esto, lo que pensamos es que las primeras discusiones tienen que ser también entre los gobiernos de Ucrania y Rusia para facilitar el intercambio. Desafortunadamente, sabemos por nuestros socios del Comité Internacional de la Cruz Roja que es muy difícil tener acceso en los territorios ocupados por Rusia. Por eso, también reciben muchas críticas, pero sinceramente creemos que ese no es el único papel de la organización. Se trata de una conversación global y es una pregunta al sistema: ‘¿puede realmente funcionar el derecho internacional humanitario? ¿y cómo funciona?, si los países son signatarios del DIH (Derecho Internacional Humanitario), ¿cuál es el instrumento y herramienta para controlar las obligaciones de dar acceso a los prisioneros de guerra y brindar información general, a otras autoridades, a otros países también?’. La cuestión de los prisioneros ha sido muy difícil mentalmente para nuestros voluntarios, porque hay una presión constante sobre la Cruz Roja.
— En cuanto al tema de los niños secuestrados, ¿qué sucede con ellos?
— El gobierno de Ucrania impulsó recientemente con una propuesta a la ONU y a los demás países que potencialmente pueden influir en este tema. Todavía no he leído el documento por completo, pero desde el lado ucraniano están tratando muy fuertemente de obtener al menos información sobre los niños que están en los territorios ocupados, o en el lado del gobierno ruso.
— Teniendo en cuenta la protección civil, ¿Cuáles son las perspectivas para una posible resolución pacífica del conflicto en Ucrania y qué papel puede desempeñar la Cruz Roja en este proceso?
— Constantemente estamos en conversaciones con la ONU y con otras organizaciones también, pero sobre todo con la ONU, acerca de cómo podemos tener acceso a esto y a cómo podemos facilitar el diálogo. Desde nuestro lado nos estamos esforzando mucho, pero también es una cuestión de la relación entre las dos partes para realmente tener acceso a los territorios, tener acceso a la comunicación con la población, al intercambio de opiniones, al intercambio de prisioneros. Todos esperamos que el conflicto termine pronto pero no es tan fácil a nivel diplomático, porque incluso hay otros países que están tratando de acceder a ciertas facilidades para llegar a una resolución pacífica.
— ¿Cómo es el accionar de la Cruz Roja cuando, por ejemplo, ocurre el bombardeo a un hospital, a una escuela? ¿Cómo es el abordaje de emergencia en esos casos?
— En Kiev, por ejemplo, si existe la posibilidad de un bombardeo con cohetes, nuestros grupos llamarán a nuestros equipos de respuesta de emergencia para que puedan estar en el lugar donde podría impactar el misil dentro de 10 minutos. Ya sea ayudando a los servicios de emergencia estatal y bomberos, no tanto trabajando directamente dentro del edificio donde ocurre la explosión, sino asistiendo a la población y asegurándose de que la gente reciba alimentos, de que haya primeros auxilios, o carpas de emergencia, o algún tipo de distribución de las personas. Esto es lo que nosotros hacemos en una situación así, en un principio. Pero luego, trabajamos con la población afectada, con los que han sufrido durante ese episodio. Los alojamos en albergues, les brindamos apoyo psicológico, o también, en los casos de destrucción de hospitales o de infraestructura civil importante, nos involucramos, a veces, en la reconstrucción de esos lugares, aunque no es la actividad típica de la Cruz Roja Ucraniana. Pero en este contexto -porque también tenemos una fundación específica para eso- hemos estado reconstruyendo escuelas y hospitales. No son una gran cantidad en número, pero hasta ahora, hemos brindado apoyo a, al menos, cinco hospitales para reconstruir y hemos realizado múltiples instalaciones de ventanas, porque cuando un misil golpea en algún lugar cercano, en la infraestructura o en cualquier vecindario, lo más probable es que las ventanas sean una de las primeras cosas que estallen.
— ¿Cuál es el enfoque y abordaje específico de la Cruz Roja en Ucrania en cuanto a la salud de las personas afectadas por el conflicto y la crisis humanitaria?
— El gobierno en Ucrania es bastante fuerte, así que para nosotros es muy importante contemplar su marco de trabajo ante estas cuestiones. Dependemos mucho del marco que tiene el gobierno, y lo que introduzca. Por ejemplo, hay una gran conversación sobre la rehabilitación mental, la rehabilitación física, la rehabilitación social. Estamos tratando de brindar nuestro apoyo para facilitar ese diálogo,para instalarlo en el sistema. Ahora hay una gran necesidad de rehabilitación física, porque muchos soldados que vuelven del campo es posible que les falte un brazo o una pierna, o que estén necesitando rehabilitación mental o social, no solo física. Por eso, estamos confiados no solo en lo que la Cruz Roja pueda presentar, pero necesitamos sistemas generales que partan del gobierno, y en un marco que esté dentro de él y del que debemos ser parte, como un complemento de ese sistema. Algunas de las actividades que también hacemos son suplementarias a esto. En Ucrania, tenemos unidades de asistencia móviles para realizar un diagnóstico primario de salud de las personas, ya que el sistema de atención médica del país está muy sobrecargado debido a la cantidad de heridos y al número de desplazados. Así que, es muy importante para nosotros cubrir los lugares en los que existan estos vacíos.
— Durante el conflicto en Ucrania, ¿ha habido algún caso en el que un puesto de la Cruz Roja haya sido objeto de ataques o incidentes adversos?
— Tenemos alrededor de veinte oficinas de la Cruz Roja que han sido dañadas o destruidas, y lamentablemente también hemos perdido cuatro voluntarios durante algunos episodios. En estas invasiones a gran escala, lo más importante es la vida de las personas. Muchos de nuestros voluntarios son parte de las mismas comunidades, por lo que a veces toman la decisión de decirnos que quieren ir a determinados puntos de conflicto y tratar de salvar la vida de otras personas para brindarles apoyo. Siempre es una situación peligrosa, y tratamos de mitigar distintos tipos de seguridad.
— ¿Y qué ocurre actualmente, por ejemplo, en las ciudades de Donetsk y Lugansk, donde el conflicto ya lleva más de ocho años?
— En Donetsk hay mucha lucha activa. Alrededor del 10 al 20% de la población en esas áreas todavía está allí. El 80% ha sido reubicado, ya sea en Ucrania, con familiares o por fuera. Son como una especie de pueblo fantasma aunque todavía hay algunos locales funcionando, pero la cantidad de gente que habita allí es muy pequeña. Hay una lucha activa a lo largo de la línea de contrato entre Donetsk y Lugansk, por eso mucha gente se ha mudado. Sobre todo, hay una especie de pueblo fantasma aunque todavía hay algunos locales funcionando, pero la cantidad de gente que habita allí es muy pequeña. Hay una lucha activa a lo largo de la línea de contrato entre Donetsk y Lugansk, por eso mucha gente se ha mudado. Sobre todo, hay una población de personas mayores, que son gente que a cierta edad no quiere mudarse, ni ser reubicada, ni evacuada, y prefieren quedarse.
— ¿Cuál es la posición y participación de la Cruz Roja Argentina en la respuesta humanitaria al conflicto en Ucrania? ¿Cómo se coordina el trabajo en el apoyo a las personas afectadas?
— En Argentina hay un pequeño grupo de la Cruz Roja Ucraniana, y ese es el motivo por el que estamos aquí, para conocernos. Durante nuestra visita, nos interesó mucho la escuela de enfermería que la organización tiene en el país, la experiencia que tienen y también, evaluamos una potencial colaboración. Por ahora, nuestro vínculo es muy técnico, es más que nada una discusión de experiencia técnica. Sé que el embajador de Ucrania en Argentina tuvo una reunión con la Cruz Roja aquí para hablar sobre el potencial de la ayuda humanitaria a Ucrania. Ya ha pasado un año de la invasión, y podría pasar otro año, y es importante que la atención persista a medida que el conflicto avanza.