Negociaciones frenéticas dentro de Unión por la Patria en el tramo definitorio para el cierre de listas

El oficialismo entró en la recta final del diseño electoral y en el recién nacido Unión por la Patria (que reemplazó al Frente de Todos) ningún nombre está totalmente asegurado, en especial para los cargos más importantes. La alianza fundada por Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa en 2019, que pretende disputar con Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza el 13 de agosto, tiene seis días antes de la fecha límite que dispuso la Justicia Electoral para la presentación de candidatos para las PASO -el sábado que viene- para a terminar de definir quién ocupará cada lugar.

Hasta entonces, los principales referentes de la coalición planifican sus pasos sobre la hora y en sus respectivos entornos aseguran que las agendas variarán, como nunca, de acuerdo a las circunstancias. Ninguno de los candidatos tiene planes para el lunes, feriado puente antes del Día de la Bandera. Y hay pocas actividades previstas para los días siguientes. Todos transcurren el fin de semana largo entre reuniones secretas para negociar el incierto armado del resquebrajado frente político.

Algunos, sugestivamente, decidieron limpiar sus calendarios por completo, como en el caso del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que quiere ser el candidato de Cristina Kirchner, aunque no se descarta que termine acompañando a su par de Economía y titular del Frente Renovador, Sergio Massa, que sigue convencido de que podría liderar la boleta en alianza con el kirchnerismo.

“Wado” se había autoimpuesto una apretada agenda durante las últimas semanas, con cuatro y hasta cinco viajes, visitas, reuniones o inauguraciones por día, principalmente en el conurbano. Pero el jueves por la noche detuvo el cronograma de manera repentina y el viernes permaneció recluido del ojo público, aunque siguió activo entre reuniones privadas y conversaciones telefónicas.

El súbito freno en sus ajetreadas tareas públicas coincidió con el discurso, confirmado tan sólo la noche anterior, de su jefa, Cristina Kirchner, en Río Gallegos, donde la vicepresidenta evitó, una vez más, anunciar quién es su favorito para el puesto máximo, y se volcó, en cambio, por confrontar en la interna con Alberto Fernández. En su entorno aseguran que está prácticamente confirmado que De Pedro será su candidato y deslizan que no necesariamente se conocería su decisión sobre el límite. Pero, muy cautos, evitan decir cuándo se hará el anuncio formal. Ayer publicaron otro spot que lo muestra de lleno como candidato, donde aparece, en el último fotograma, caminando solo por la Plaza de Mayo hacia la sede del gobierno nacional.

El Presidente, a diferencia de los ministros, tiene varios planes oficiales, que cambiaron en vistas del convulsionado contexto político. Hace dos semanas, desde la Presidencia habían confirmado que para ese día estaba programada la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner, una obra central para la administración nacional, porque permitirá iniciar la distribución y exportación de gas con la consecuente llegada de divisas en un contexto de faltante en el Banco Central.

Alberto Fernández tenía planeado viajar a Saliqueló para encabezar el acto de estreno y se preveía, también, la presencia de Sergio Massa y de su secretaria de Energía, Silvia Royón. Pero esta semana fue esa funcionaria quien avisó que el acto se postergaría. No dio razones, y tanto en la Casa de Gobierno como en Economía se abocaron, ante las consultas , de despojar la suspensión de cualquier tinte político. “Ese día sólo se inicia el proceso de llenado, el acto oficial que dará inicio al funcionamiento, con las autoridades nacionales presentes, va a ser el 9 de julio”, explicaron.

Suspendido el viaje a Saliqueló, Alberto Fernández se reorganizó y planea quedarse en Buenos Aires. Visitará una escuela de Olivos, donde presenciará la jura a la bandera de un grupo de estudiantes; el miércoles encabezará la entrega de sables a generales del Ejército. Y el viernes viajará a una provincia del norte, aunque no se detalló a cuál. Son actividades de poca monta, en paralelo a las cuales el Presidente se hace tiempo para participar activamente de las negociaciones por los lugares en las listas para legisladores nacionales de su espacio, que en la boleta presidencial llevará a Daniel Scioli y en la de la gobernación de la Provincia a Victoria Tolosa Paz.

El primer mandatario sigue de cerca la discusión con el kirchnerismo bonaerense por la distribución de puestos para la minoría, que quedarán establecidos en el reglamento de la alianza a nivel local, y por el que continúa una pelea que se libra hora por hora desde el jueves entre La Cámpora, que dirige el PJ local, y los apoderados del Partido por el Trabajo y la Equidad (ParTE) que lidera su amigo, el legislador porteño Claudio Ferreño, a través de la cual competirán el ex motonauta y la dirigente platense.

El último capítulo de la intrigante novela por los sitios en las nóminas para legisladores y concejeros se conocieron el viernes por la noche, cuando Máximo Kirchner, a través la cuenta de Twitter del PJ bonaerense, le contestó a Scioli y al Presidente con tono irónico, dando a entender que el reglamento está sellado y que no hay vuelta atrás. Los moderados, sin embargo, avisaron que presionarán hasta último momento -hay tiempo hasta mañana- para que se respete lo que denominan el “espíritu” del acuerdo al que llegaron los partidos de UP en el ámbito nacional cuando promediaba la semana.

Cristina Kirchner, mientras tanto, permanece en Río Gallegos, y en su entorno nadie quiere decir cuándo tiene previsto regresar. Los rumores sobre un acto el 20 están en vilo; y hay quienes señalan que podría haber novedades mañana mismo sobre su voluntad. En la capital santacruceña, donde Néstor Kirchner empezó su carrera política como intendente, la vicepresidenta estuvo acompañada por su hijo Máximo, que optó por manejar a la distancia los últimos vaivenes de la presentación de UP en la Provincia.

En cambio, Juan Manzur, el gobernador de Tucumán, se encuentra en Buenos Aires desde el martes, y aquí permanece. Viajó a la sede del poder nacional para mostrarles sus credenciales a los presidenciables en busca de un lugar a nivel nacional. “Es del interior, gobernador, tiene gestión y triunfos electorales”, dicen quienes lo militan, con el recuerdo fresco de la victoria provincial del domingo junto a su aliado devenido en rival, Osvaldo Jaldo, con quien se amigó nuevamente durante la campaña y logró imponerse sobre la apuesta de los radicales y el PRO, Roberto Sánchez.

Al sabor dulce que les quedó el domingo por la noche por la victoria provincial pudieron sumar el jueves los festejos por la conquista de la Capital, manejada por la oposición, que pasará a manos del peronismo. De todas formas, JXC no reconoció la derrota, y sigue pidiendo que se abran todas las urnas después de los problemas técnicos registrados en el escrutinio provisorio, el lunes por la madrugada, que fueron admitidos por la propia Junta Electoral de la provincia.

La sintonía más fina del tucumano es con Wado de Pedro, que viajó a Tucumán el domingo de la elección cuando los resultados habían dado por ganador al PJ. Pero el cacique del Norte Grande mantiene el diálogo también con Scioli y con Massa. Los tres vienen avisando que apuntan para completar sus binomios a los referentes del interior, para dar un cariz federal a sus propuestas.

El ministro de Economía, Sergio Massa, viene de una derrota política que se evidenció con la presentación de la alianza UP ante la Justicia Electoral, donde se dispusieron las reglas para la competencia interna. El documento dejó prácticamente confirmada la posibilidad de que haya PASO en el oficialismo, al contrario de su voluntad, y a favor de la postura que venían sosteniendo a rajatabla Alberto Fernández y Scioli. Sus argumentos para presentarse, mientras espera una señal de Cristina Kirchner (aunque dicen que no es excluyente) giran en torno a sus capacidades para “garantizar la gobernabilidad -a través de la gestión económica- y la unidad”, atributos que asocian a su “volumen de gestión”, dicen en su círculo.

Mientras tanto, su rival principal, Daniel Scioli alterna entre algunos, pocos, actos proselitistas, y los encuentros privados, en especial con referentes de la provincia de Buenos Aires, en búsqueda de avales para su candidatura, discutida por La Cámpora y por Massa. Ayer dio un paso simbólico, al anunciar el nombre de su espacio, al que llamó “Unidos Triunfaremos”, y últimamente suele decirles a quienes dudan de su ímpetu que en los últimos tres años, en Brasil, forjó un carácter distinto, más fuerte. Ya no se dejará avasallar, como ocurrió durante sus años en la gobernación de Buenos Aires bajo el ala de CFK. En público, sin embargo, se muestra muy conciliador. Del otro lado, también la ex mandataria, que reparte dardos por doquier, hasta ahora evitó cualquier confrontación directa con el ex vicepresidente de su marido.

El gobernador de la Provincia, Axel Kicillof, a su pesar, permanece en la lista de posibles presidenciables. Según un relevamiento de este medio, en todos los espacios cuentan como una chance cierta que Cristina Kirchner le pida que se suba a la competencia por la Casa Rosada. Lo cual abriría un escenario de reacomodamiento, donde alguno de los líderes que se perfilan para la Nación debería “bajar” a la Provincia.

Mientras que en el entorno de Agustín Rossi, el jefe de Gabinete que se sumó último a la fila de pretendientes presidenciales con un video en redes sociales, negaron los rumores de los últimos días sobre una inminente renuncia a la candidatura. “Estamos preparando las mesas en distintos puntos del país para conseguir avales y llevar sus propuestas”, retrucaron. Horas después, el ministro coordinador publicó en sus redes una serie de fotos con sus militantes para evidenciar la firmeza de su voluntad de disputar, con imágenes de pancartas y volantes.

Unión por la Patria nació virtualmente quebrada, tanto a nivel nacional como en la provincia más importante en caudal electoral. En los próximos días, cada jugador procurará tener los papeles en regla para presentarse, al tiempo que negociará con el resto de los espacios los lugares en las colas de las boletas. El sábado que viene a la medianoche se sabrá cuántos sitios y en qué posición quedaron ubicados los representantes de cada espacio ante una PASO que, más allá de la pelea interna, se perfila difícil contra Juntos por el Cambio y la derecha de La Libertad Avanza. El temor a que los candidatos del oficialismo queden terceros está latente en la cúpula de UP.

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