Sergio Massa define una propuesta para lograr el apoyo en los BRICS, ante el fracaso de la iniciativa que ofreció Lula da Silva a Alberto Fernández
(Enviado especial a Shangai) Cinco días antes de llegar a China, Sergio Massa ya sabía que era papel picado la propuesta que Lula da Silva había ofrecido a Alberto Fernández para fortalecer las reservas del Banco Central con el apoyo financiero de los BRICS. El ministro de Economía se enteró a través de Dilma Rousseff, titular del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), una entidad crediticia que –de hecho– controla China y pretende competir en términos geopolíticos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Durante un zoom que unió Buenos Aires con Shangai, Rousseff reconoció a Massa que la pretensión de Lula da Silva no podía hacerse por los estatutos del NBD.
El presidente de Brasil, tras organizar la cumbre del UNASUR y respaldar en público al dictador venezolano Nicolás Maduro, ayer volvió sobre sus pasos y reconoció que había explicitado una oferta geopolítica que no podía cumplir. Lula se olvidó del prefacio de Carlos Marx en el 18 Brumario de Napoleón, y en el mismo escenario que hizo la promesa a Alberto Fernández, reconoció su descarte durante una conferencia de prensa.
“No fue posible. Hay dificultades para cambiar el artículo”, dijo Lula da Silva cuando le preguntaron sobre su propuesta de ayudar a la Argentina a través del Nuevo Banco de Desarrollo que administra Rousseff en nombre de los BRICS.
Argentina no integra los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y tampoco es socia del NBD. Lula da Silva aseguró a Alberto Fernández que se podía modificar el artículo 7 del estatuto del Nuevo Banco de Desarrollo para saltar la debilidad institucional de la Argentina y que ya había conversado sobre el asunto con Xi Jinping, líder comunista de China.
Es más, durante el encuentro que protagonizó con Alberto Fernández, Lula da Silva llamó por teléfono a Rousseff para demostrar que todo se movía a un ritmo favorable. Sorprendida por la llamada, Rousseff reconoció que estaba andando en bicicleta por Shangai y que pondría en marcha las intenciones del presidente de Brasil.
Era dos de mayo, y todo parecía posible.
Veintitrés días después, tras participar en el acto peronista del 25 de mayo, Sergio Massa mantuvo un largo zoom con Dilma Rousseff. La titular del NBD reconoció al ministro que Da Silva había ofrecido lo imposible y sugirió una vía de acción para lograr que los BRICS finalmente respalden a la Argentina.
En este contexto, Rousseff explicó a Massa que un país miembro de los BRICS podía aportar el capital necesario para sostener un proyecto específico que se ejecutaría en un estado no miembro del foro multilateral que integran Brasil, India, China, Rusia y Sudáfrica.
Esa recomendación técnica fue analizada hasta el último detalle por Massa y su equipo del Palacio de Hacienda. Brasil podría aportar el capital para multiplicar el comercio bilateral con Argentina, o la India podría avalar un préstamo para asegurar su consumo de girasol con compras específicas en el país, plantearon como ejemplos viables en el Quinto Piso del Ministerio de Economía.
En los dos casos, que se pueden multiplicar hasta el infinito, Massa asumió que la sugerencia técnica de Rousseff implicaba proteger o fortalecer las reservas del Banco Central y, a su vez, mejorar los términos de intercambio comercial o de inversiones directas con cualquiera de los cinco socios de los BRICS.
Sin necesidad de reformar los estatutos, Argentina podría utilizar el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS como un mecanismo o vehículo del capital o préstamo que harían Brasil, Rusia, India, China o Sudáfrica a favor del país. De esta manera, el círculo quedaría cerrado: estado miembroconcede a estado no miembro un crédito para producción, inversión o exportaciones que sería administrado por el NDB, a cargo de Dilma Rousseff.
El jueves a la mañana, casi la medianoche del miércoles en Buenos Aires, Sergio Massa marchará desde el hotel Westin en el Bund de Shangai hasta las oficinas de Dilma Rousseff en la city financiera, justo al otro lado del río Huangpu. Massa exhibe intenciones de avanzar con la Iniciativa Rousseff, y la titular del NBD está en condiciones de acercar a las distintas partes que integran los BRICS.
El ministro de Economía tiene dos hechos geopolíticos a favor: Xi Jinping quiere ayudar al país como parte de su ofensiva estratégica en América Latina, y en medio de la crisis alimentaria causada por la guerra en Ucrania, el país puede ser proveedor de alimentos a China, India y Sudáfrica.
Esta necesidad estructural, cuando Vladimir Putin no da señales de distensión diplomática, podría ser satisfecha a través de créditos manejados por el NBD con aplicación directa en la Argentina.
Será un largo proceso técnico y diplomático, pero mañana en las oficinas de Rousseff, Massa puede dar una paso inesperado tras el fracaso de la propuesta de Lula da Silva ante Alberto Fernández.