Juan Guaidó llegó a Estados Unidos tras ser obligado a abandonar Colombia
El dirigente opositor venezolano Juan Guaidó aterrizó este martes en la ciudad de Miami, Estados Unidos, luego de su sorpresiva llegada y salida de Bogotá, donde esperaba reunirse con la comunidad internacional en una conferencia organizada por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, pero fue obligado a subirse a un avión con destino al país norteamericano.
Guaidó abordó un avión en la capital colombiana el lunes en la noche, horas después de anunciar en en Twitter que había cruzado a pie la frontera desde Venezuela. En un nuevo mensaje, dijo estar bajo amenazas por parte del gobierno del presidente Nicolás Maduro. “La persecución de la dictadura se extendió lamentablemente a Colombia”, afirmó.
“Luego de 60 horas de carretera para llegar a Bogotá, saltando la persecución de la dictadura, desafiando al régimen de Maduro, me están sacando de Colombia”, se quejó el opositor antes de despegar rumbo a EE.UU y aseguró que el canciller colombiano, Álvaro Leyva, había invitado a la oposición a un encuentro con la comunidad internacional en Bogotá.
“Llegando ya a Estados Unidos. Muy preocupado por mi familia”, expresó Guaidó a los medios a su llegada al aeropuerto de Miami. Denunció que su esposa, Fabiana Rosales, y sus dos hijas, estaban resguardadas, pero no reveló si aún permanecían en Venezuela.
Por su parte, la cancillería colombiana aseguró que el líder de la oposición compró su boleto aéreo y negó que el Gobierno de Petro hubiera dispuesto un avión para su traslado a Estados Unidos.
“Migración Colombia condujo al señor Juan Guaidó, de nacionalidad venezolana que se encontraba en Bogotá de manera irregular, al aeropuerto El Dorado con el ánimo de verificar su partida en una aerolínea comercial a Estados Unidos”, informó el gobierno colombiano en un comunicado en línea con lo manifestado por el ministro de Relaciones Exteriores de ese país, que dijo el lunes que Guaidó ingresó de manera “inapropiada”.
El objetivo de la conferencia del martes, a la que asisten representantes de 19 países y de la Unión Europea, es ayudar a reiniciar las estancadas conversaciones en México entre el Gobierno de Maduro y la oposición.