Massa ya tiene acordado préstamos con tres entidades del exterior para ampliar el programa de recompra de deuda
El plan se extendió ya a bonos de mayor plazo, no solo el Global 2030. El objetivo es conseguir mayor poder de fuego sin usar las reservas. Habría un fondo soberano entre los que aportarían dólares frescos.
La recompra de bonos que puso en marcha el Gobierno en la última semana no se agota en los USD 1.000 millones anunciados por Sergio Massa. Eso sería solo el principio de un programa mucho más amplio. El ministro de Economía avanzó y ya tiene prácticamente cerrado un paquete de préstamos con entidades internacionales cuyo objetivo será ampliar en forma sustancial el programa de rescate de deuda pública.
Según se pudo saber, el cierre de este nuevo financiamiento que recibiría la Argentina es “inminente” e incluirá por lo menos tres entidades: un banco norteamericano, otro asiático y uno de los principales fondos soberanos del mundo.
De esta forma, Massa estaría retomando a pleno el anuncio que había efectuado ni bien asumió su cargo, es decir la puesta en marcha de un programa de recompra de deuda junto a un repo, es decir un préstamo garantizado de parte de un grupo de bancos internacionales.
Uno de los problemas que enfrentaba aquella transacción en julio del año pasado era que el precio de los bonos no llegaba a los USD 20 por cada 100 dólares de valor nominal. La recuperación de las cotizaciones ahora vuelve mucho más factible retomar esa agenda.
Con esta nueva línea de crédito internacional que está a punto de cerrar, Massa persigue varios objetivos en forma simultánea. El más evidente es continuar con la recompra de bonos, pero ahora sin gastar reservas, debido a que las mismas son escasas. Por otra parte, el programa con el FMI es explícito en el objetivo de acumulación de reservas. Apartarse de ese compromiso implicaría poner seriamente en riesgo el acuerdo. Resultaría imposible extender la recompra de bonos utilizando dólares y al mismo tiempo cumplir el compromiso con el Fondo.
Voces
Desde la oposición hubo distintas voces que salieron a advertir que “el Gobierno se quiere gastar todas las reservas antes de las elecciones”, como fue el caso del último titular del Banco Central durante el gobierno macrista, Guido Sandleris.
Los USD 1.000 millones que inicialmente anunció Massa son una cifra escasa y podría agotarse demasiado rápido el efecto buscado. Esto implica que los títulos pueden caer de precio, lo que pondría en tela de juicio la decisión de salir a recomprar arriba de un precio de 30 dólares por cada 100 de valor facial. Para sostener las cotizaciones es fundamental que el Gobierno se asegure un poder de fuego mayor y al mismo tiempo que los inversores privados acompañen con demanda propia, algo que claramente estuvo ocurriendo en los últimos días.
El otro objetivo central de la recompra de deuda es utilizarla como instrumento para volcar más dólares al mercado, justo en un período de fuerte escasez. El anuncio de la medida sirvió para equilibrar los distintos tipos de cambio financiero. El dólar libre no llegó finalmente a tocar los $380, mientras que el dólar MEP finalizó la semana a 352 pesos.
La perspectiva de un mayor flujo de dólares en las próximas semanas no solo debería aumentar otro escalón las cotizaciones de los títulos, sino además ayudar a mantener el dólar a raya. Conseguir esto justo en el peor momento de oferta de divisas por motivos estacionales sería todo un logro. Massa procura ganar tiempo y llegar sin sobresaltos hasta que arranque la liquidación de la cosecha gruesa, seguramente con una nueva (la tercera) versión del dólar soja.
Manos a la obra
¿Qué pasó en los primeros días de recompra de deuda que implementó el Central a cuenta del Tesoro? En la primera jornada adquirieron USD 35 millones tras haber ofertado por USD 150 millones. En la segunda jornada la recompra llegó a USD 25 millones tras haber ofertado por 50 millones. La mayor novedad se produjo el viernes: la oferta incluyó bonos de mayor duración (no solo el Global 2030), logrando un total de USD 70 millones sobre 300 millones ofrecidos.
El impacto sobre el valor de los títulos fue muy significativo en las últimas jornadas. El Global 2038, por ejemplo, cerró a USD 36,25 y ya tiene un rendimiento inferior al 20% anual en dólares. El motivo es que se trata del título en dólares que paga el mayor cupón de intereses, de casi 4% anual. En cambio, el Global 2030, por el cual arrancó el programa de recompra, tiene un cupón de 0,5% y rinde 30% anual.
En caso de confirmarse, los préstamos de bancos internacionales también permitirían tapar al menos parcialmente el agujero que provocará la sequía. Pero también el clima trajo buenas noticias para Massa, ya que las últimas lluvias ayudarían a mejorar el rendimiento de la futura cosecha. Además, también se esperan más precipitaciones para fines de la semana que comienza.
Contando los porotos
La Bolsa de Cereales había estimado la pérdida provocada por la sequía entre USD 10.000 a USD 14.000 millones, por lo que el objetivo de máxima sería ubicarse en el rango inferior. En Economía esperan que ese impacto negativo se vea al menos parcialmente compensado por las menores importaciones de gas en invierno, nuevo gasoducto mediante.
La sospecha por inside trading vinculada a la recompra de deuda quedó como el punto más oscuro de la operación. Massa salió rápidamente a pedirle a la Comisión Nacional de Valores que investigue quiénes se habrían beneficiado de la información el día previo al anuncio, un delito que en Estados Unidos merece pena de prisión. En Argentina, sin embargo, son escasos los antecedentes de investigaciones serias por ese motivo.
El aumento de volumen operado en los bonos que entraron en la recompra fue gigantesco justo antes del anuncio, por lo que existen pocas dudas sobre tráfico de información. La CNV estaría en condiciones de realizar una investigación rápida y profunda sobre quienes operaron y ganaron una fortuna por haber accedido al dato antes que el resto de los inversores. La sospecha es que nunca se sabrá qué pasó en realidad.