Pasó de niñera a ser la primera mujer en transportar cargas peligrosas de Salta

Trabajó en el cuidado de niños con un sueldo mínimo, pero desde chica quería ser camionera. Con sacrificio pagó sus capacitaciones y tras ser becada en un curso para choferes de Alta Montaña, fue contratada por la empresa Petroandina para llevar cargas peligrosas. “Siempre busque llegar lejos pero con humildad”, sostuvo Andrea Correa. VIDEO.

Con 42 años, Andrea Correa es la primera mujer que transporta cargas peligrosas en Salta. Paso de dedicarse al cuidado de niños en casas particulares, a concretar la gran vocación que tenía desde muy chica. Tras un sacrificio grande, logró juntar el dinero suficiente para pagar capacitaciones costosas que le abrieron la puerta a su objetivo. Tras ser becada dentro de un curso de chóferes de Alta Montaña, en la Puna. Finalmente fue contratada por la empresa Petroandina, que a diario confía en su responsabilidad, coraje y templanza para transportar cargas de combustible a distintos puntos de la provincia.

Su familia constituida por su esposo, hija, madre y hermanos, siempre la apoyaron en todo. Luego de comentarles sobre su gran anhelo de ser chofer de camiones, tomó impulso gracias al incentivo de sus seres queridos y todo resultó mejor de lo que imaginó. “El apoyo de ellos siempre es fundamental. Ya que soy la primera de la familia que incursionó en esto”, contó Andrea.

Arrancó haciendo cargas generales y hubo una empresa que fue la primera que le abrió las puertas y fue su oportunidad de adquirir experiencias. Allí su principal misión fue transportar pollitos desde Entre Ríos a Salta, Jujuy y la Rioja. Eso la motivo a “ir por más”.  

Luego cuando ingreso a transportar cargas peligrosas, comentó que fue algo que no esperó que se diera tan rápido, ya que quería tener más de experiencia en cargas generales para recién lanzarse. Sin embargo, las circunstancias de la vida la llevaron a lograrlo de forma efectiva. “Me costó muchísimo llegar, toque varias puertas”.

Correa dijo que ahora pone todo de su parte para desempeñarse de la mejor forma, en la profesión que considera es difícil y peligrosa, por transportar combustible en grandes cantidades. “Más que un sueño es una vocación para mi, siento que estoy logrando mis objetivos como mujer”, expresó.

El apoyo de su familia fue fundamental

La conductora que vive en Vaqueros agradeció el acompañamiento de sus familiares que siempre están pendientes de sus pasos. Y resaltó que su hija de 22 años, seguramente podrá estar orgullosa de su madre. Ya que estamos en una sociedad y sobre todo en el norte argentino, en donde a todos “nos criaron con una mentalidad conservadora, en donde se dice que la mujer no puede hacer ciertas cosas”. Pero en realidad la mujer si puede lograr lo que se proponga y resaltó que si bien nos cuesta mucho más, por ser más pequeñas, o no tener la fuerza que tiene un hombre, hoy en día la tecnología ayuda muchísimo. Sobre todo en la profesión de camionera “Hoy en día los vehículos son más dominables”, sostuvo.

Asimismo dijo que ante todo es muy importante ser responsables, ya que al transportar “mercancía peligrosa”, es una “bomba de tiempo”. Y un mínimo error puede generar accidentes. Entonces deben cuidar su propia vida y la de los demás conductores que vienen detrás y adelante. Es decir, todo el tiempo se requiere de mucha concentración.

Para conducir un camión con cargas peligrosas es muy importante capacitarse, y no sólo se trata de agarrar libros y leerlos sino también de la misma experiencia arriba del vehículo de gran porte, que te va dando sabiduría todos los días, comentó Correa.

Sobre su vida previa a emprender este camino, la conductora contó que su trabajo era cuidar niños en casas particulares. En donde los sueldos eran mínimos, así que le alcanzaba para mucho. “Pero hice el sacrificio de juntar para pagarme los cursos”.

Después tuvo la oportunidad de salir becada en un curso de chóferes de alta montaña en San Antonio de los Cobres, lo cual le permitió dejar su legajo. Gracias a eso que la empresa Petroandina, le hizo una importante oferta laboral y logró desempeñarse en trabajo actual.

Con mucho orgullo Andrea asegura que su principal motivación siempre fue su vocación de camionera. “Yo sentía que quería manejar un camión desde chica. No era por un trabajo sino que era algo que quería”.

Y contó que ahora de grande confirmó que es lo que quiere para su vida. Sobre todo pensando en ella y concretándolo con humildad. “Siempre busque llegar lejos pero con humildad”.

Los desafíos de transportar cargas peligrosas

Al salir de su casa Andrea recibe el diagrama de transporte que debe hacer y no tiene un horario de regreso. Sólo debe cumplir sus objetivos y llegar con la carga a cada punto como sea. “Puede que me toque un trayecto corto en la ciudad o tener que llevar cargas al campo, así que vas y no sabes si volvés”, detalló.

Otro factor es el tiempo que tienen para hacer las entregas, ya que se rigen de un aparato que se llama liquid controls, por lo cual a veces da el tiempo de alcanzar a 8 o 10 clientes. Pero hay oportunidades que los obliga a dormir en algún lugar del campo, para luego retomar. “Sin contar que se te puede romper el camión, me paso que se me quedo en medio del cañaveral”.

En su mensaje para las mujeres, resaltó que cuesta mucho llegar a abrirse puertas, sobre todo en el Norte entre Jujuy y Salta, pero no deben bajar los brazos. Ya que siempre va haber una empresa que apostará a que una mujer si puede.

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